Llanera es un concejo con una envidiable situación geográfica en el centro de la comunidad autónoma del Principado de Asturias que hace justicia al eslogan: “Corazón de Asturias”.
Situado a mitad de camino entre el oriente y el occidente de la región, equidistante de Oviedo, Gijón y Avilés, es un punto ideal desde el que iniciar el conocimiento del resto del territorio asturiano.
No solo eso, sino que además es un concejo que a lo largo y ancho de sus 106,7 kilómetros cuadrados concentra múltiples puntos de interés, desde restos prerrománicos, iglesias románicas y torres
medievales, hasta palacios barrocos o construcciones de raíz industrial y de patrocinio indiano del siglo XX.
Paisajes insospechados, sendas peatonales, caminos vinculados a la Ruta Carisa y a la Ruta Vía de la Plata, así como rutas de montaña como las que conducen al pico Gorfolí y al pico Pedregalón se pueden recorrer con total comodidad. A esto se suman instalaciones deportivas muy bien equipadas, una excelente oferta gastronómica y una amplia propuesta de fiestas y eventos de relevancia regional y nacional repartidos a lo largo de todo el año que convierten la visita a nuestro concejo en una experiencia diferente y única.
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La localización y orografía del territorio sobre el que se asienta Llanera han sido determinantes para el desarrollo de la zona. Se tiene constancia de presencia humana desde el Paleolítico Inferior y Medio, como prueban materiales arqueológicos aparecidos en el territorio. Hallazgos de túmulos en diversas zonas: Ortal, en la parroquia de Pruvia, y en La Cobertoria.
La presencia de poblados en época neolítica parece cobrar fuerza, sobre todo, después de haber cubierto importantes emplazamientos castreños: La Coroña, en Ferroñes; Peña Menende, en Bonielles; El Canto de San Pedro, en Lugo; El Cueto, en Lugo y Villardeveyo, cerca de Caravies; y el Pico Cogolla, en Severies, parroquia de Rondiella, claves para concretar la ubicación «Lucus Asturum» principal centro administrativo de la Asturias transmontana, encrucijada de caminos, lugar de paso y asentamiento. Las excavaciones posteriores hallaron en uno de los muros de la Iglesia de Santa María un ara dedicada a los Lares Viales (divinidades romanas).
La etapa de feudalismo se caracterizó por los intereses continuos de la mitra ovetense sobre el territorio de Llanera. La administración de la tierra, que en estas fechas suele asociarse a las Regueras, era asignada por el prelado de Oviedo a un encomendero, generalmente representante del estamento nobiliar.
Es en esta época cuando tiene lugar el episodio más representativo del concejo: Los «agravios y sinrazones» que soportaban «por alguno de los encomenderos de don Guillén» (obispo de Oviedo) dio lugar a una abierta rebeldía antiseñorial protagonizada por los vecinos del concejo, quienes recibieron el nombre de los perxuraos (exconxuraos) de Llanera. La importancia de la Edad Media queda patente en el legado heredado tanto civil como religioso.
Como lugar estratégico se puede decir que era trazado obligatorio de varias rutas comerciales.
Ya en el siglo XIX, como consecuencia de un incipiente proceso industrializador del territorio empieza a modelarse como se presenta hoy en día. En la década de los cuarenta, se explotan las minas de Ferroñes. Los acontecimientos de la primera industrialización se concentran en la segunda mitad del siglo. Aprovechando los yacimientos de arcilla existentes, se establece en Coruño, la Tejería Mecánica, una fábrica de ladrillos, más adelante surgió Cerámicas Guisasola.
Los años sesenta suponen el inicio del segundo proceso industrializador de Llanera, aquel que le ha conferido alguno de los aspectos que en la actualidad caracterizan su peculiar evolución local. En 1963 se inaugura el polígono industrial de Silvota. Más tarde, un segundo polígono, el de Asipo, esta vez de iniciativa privada. Los espacios libres de este último sirvieron para el establecimiento de Mercasturias (mercado al por mayor de productos del sector de la alimentación) y del Parque Tecnológico, como centro de servicios.
El contraste con la concentración que supone la masificación en la gran ciudad, el anonimato asociado a ella, la rapidez de los cambios, la ausencia de valores de referencia que simbolizan el progreso hace que muchos ciudadanos consideren este territorio como lugar ideal de residencia, donde las riquezas naturales y las estructuras sociales de acogida no dejan de sorprender a los nuevos pobladores, constituyendo motivo de orgullo para los lugareños.
Su importante patrimonio histórico-artístico, la existencia de una rica y variada gastronomía, la celebración de fiestas y ferias de larga duración, las buenas condiciones para la práctica de deportes y la existencia de núcleos y colectivos especialmente dinámicos hacen que Llanera ocupe un lugar privilegiado en el mapa del territorio asturiano. Sus equipamientos, infraestructuras e instalaciones están al servicio de todos los que nos visiten.
La fertilidad de las tierras de Llanera, la apuesta por la producción ecológica certificada y la presencia de numerosas ganaderías, tanto de leche como de carne, aseguran la presencia de una materia prima de alta calidad en los fogones de bares y restaurantes que transforman estos manjares en una amplia variedad de platos capaces de conquistar el paladar de cualquiera.
A través de jornadas gastronómicas o de eventos vinculados a celebraciones concretas, a lo largo de todo el año, es posible encontrar una variada oferta en la que caben tanto elaboraciones tradicionales como otras más cercanas a criterios vanguardistas.
En el pueblo de Villayo, perteneciente a la parroquia de Santa Cruz de Llanera, se produce un tipo de cerámica negra de gran calidad.
Se producen, sobre todo, piezas de uso doméstico tales como pucheros, cazuelas, vasijas… Se puede consultar más sobre esta cerámica en la Red Municipal de Bibliotecas.
Esta cerámica lleva años en recuperación y conservación desde la Escuela Municipal de Cerámica en Posada de Llanera (C/ Alejandro Mon).
EXPOSICIONES:
- Exconxuraos (primer fin de semana de julio).
- Mercado de San Isidro (mayo).
- Monográficas.