Esta etapa en bicicleta de carretera conecta el Puerto de Béjar con la ciudad de Béjar, a lo largo de aproximadamente 20,5 kilómetros y con un desnivel positivo de 482 metros, lo que la sitúa en un nivel de dificultad moderada. Es una etapa que combina descensos suaves con tramos de ascenso más exigentes, ideal para ciclistas con experiencia que buscan disfrutar de paisajes montañosos y pueblos con encanto.

El recorrido transcurre principalmente por carreteras secundarias poco transitadas, con buen firme y rodeadas de un entorno natural de gran belleza. A lo largo del trayecto se atraviesan zonas boscosas y pequeños núcleos rurales, con vistas continuas hacia las sierras de Béjar y Candelario. Al llegar a la intersección hacia Candelario, es importante extremar la precaución, ya que se trata de un cruce de carretera en curva con visibilidad reducida.

Uno de los puntos destacados de esta etapa es el paso por Candelario, un pintoresco pueblo de montaña declarado Conjunto Histórico-Artístico, conocido por sus calles empedradas, casas con balcones de madera y las conocidas batipuertas. Su arquitectura tradicional y el entorno natural que lo rodea lo convierten en una visita muy especial dentro de esta ruta. El final en Béjar, ciudad de rica historia y servicios para el cicloturista, completa una etapa llena de atractivo.

Esta etapa en bicicleta de carretera une la ciudad de Béjar con el Puerto de Béjar, a lo largo de aproximadamente 20,5 kilómetros y con un desnivel positivo de 493 metros, lo que la sitúa en un nivel de dificultad fácil, aunque con un perfil ascendente constante que requiere algo de resistencia.

El recorrido discurre mayoritariamente por carreteras secundarias, en buen estado y con escaso tráfico, atravesando un entorno rural y montañoso muy agradable para la práctica del cicloturismo. La ruta ofrece una subida progresiva y sostenida, sin grandes rampas, ideal para quienes buscan una jornada tranquila y paisajística.

Además, durante el trayecto, se atraviesa el pintoresco municipio de Candelario, considerado uno de los más bonitos de Salamanca, por su cuidado casco histórico con calles empedradas y arquitectura tradicional serrana. La etapa concluye en el Puerto de Béjar, punto elevado que marca un hito natural y logístico dentro de la Ruta Vía de la Plata.