Esta etapa de la Ruta Vía de la Plata conecta Posada de Llanera (Llanera) con la ciudad costera de Gijón. Tiene una distancia aproximada de 42 kilómetros y un desnivel positivo acumulado de 527 metros. Se trata de una etapa de dificultad moderada para bicicleta de carretera.

El recorrido discurre principalmente por carreteras secundarias y locales, con un perfil que combina subidas suaves y tramos más rápidos de bajada. El trazado atraviesa zonas rurales y pequeños núcleos, ofreciendo un entorno verde y tranquilo típico del interior de Asturias. A medida que se avanza hacia la costa, el paisaje se abre y el recorrido se vuelve más cómodo.

La entrada a Gijón se realiza por la Vía Verde de La Camocha, que enlaza directamente con el carril bici urbano, lo que permite una llegada segura y agradable a la ciudad. Aunque no hay grandes peligros durante la etapa, es importante prestar atención a los pasos habilitados que cruzan el carril bici en varios puntos, ya que pueden implicar cierto riesgo si no se reducen la velocidad y se extreman las precauciones.

Esta última parte del recorrido ofrece una excelente oportunidad para disfrutar de la vida urbana gijonesa tras una jornada ciclista por el paisaje asturiano. Además, Gijón a orillas del mar Cantábrico, muestra una atractiva combinación de sabor marinero, patrimonio monumental y un urbanismo moderno al borde de la playa.

Esta etapa de la Ruta Vía de la Plata parte desde el corazón de Gijón y finaliza en Posada de Llanera (Llanera). Tiene una distancia de aproximadamente 42 kilómetros y un desnivel positivo acumulado de 669 metros, lo que la convierte en una etapa de dificultad moderada-alta para bicicleta de carretera.

La salida desde Gijón se realiza utilizando el carril bici urbano, que enlaza con la Vía Verde de La Camocha en dirección sur, facilitando una salida cómoda de la ciudad. No obstante, es necesario extremar las precauciones en los pasos habilitados que cruzan el carril bici, ya que algunos pueden implicar cierta peligrosidad por el tráfico rodado. A medida que se abandona la ciudad, el entorno se vuelve más rural y ondulado.

El trazado discurre mayoritariamente por carreteras secundarias con escaso tráfico, atravesando zonas boscosas y paisajes típicamente asturianos. El ascenso acumulado se distribuye a lo largo de la etapa, con algunas rampas exigentes pero cortas. Esta combinación de tranquilidad y belleza natural hace de esta etapa una experiencia muy agradable para quienes disfrutan del cicloturismo en carretera.