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Ruta Vía de la Plata

Semana Santa en la Ruta Vía de la Plata

Si algo caracteriza la Ruta Vía de la Plata es su diversidad en paisajes, cultura, tradiciones y gastronomía. Un ejemplo lo encontramos, sin duda, en la celebración de la Semana Santa. Si en el norte esta celebración se identifica con la sobriedad e incluso severidad medieval, el sur concentra en sus procesiones el preciosismo barroco.

Todas las localidades en la Ruta Vía de la Plata parten de una misma tradición, pero con el tiempo han dotado a esta milenaria tradición de su particular idiosincrasia suscitando tanto la fe y la devoción –de lugareños y foráneos- como el interés o la curiosidad por la historia, la cultura y el folclore. Así, a lo largo de las localidades por las que discurre este histórico itinerario, varias de estas celebraciones gozan de la categoría de Fiesta de Interés Turístico Internacional.

Viajando por este itinerario de sur a norte, el recorrido procesional comienza en Sevilla, que vivirá en estos días una de sus fiestas grandes, inundando la ciudad de sentimientos, recogimiento, música y fervor religioso. La Semana Santa es la máxima expresión del sentir vital, religioso y estético de la ciudad. Muy cerca, en Carmona sus estrechas calles, recoletas plazas, empinados postigos o la monumental e imponente Puerta de Sevilla, convierten sus desfiles procesionales en un conjunto único de sobriedad, devoción y belleza.

Un poco más al norte, ya en la provincia de Badajoz, la Semana Santa es uno de los grandes atractivos turísticos de Zafra en la que participan 6.000 costaleros. La vistosidad de los pasos que procesionan en Los Santos de Maimona también atrae cada año a un mayor número de visitantes. La Semana Santa santeña está tomando cada vez más auge, las diferentes cofradías se esmeran cada año para que sus pasos luzcan en todo su esplendor. Destaca la cofradía del Señor amarrado a la columna y Nuestra Señora de las Angustias, donde el paso de la Virgen está llevado solo por mujeres costaleras.

En Mérida, esta celebración tiene como punto de referencia la solemne procesión y Vía Crucis con la imagen del Santísimo Cristo de la O en la madrugada del Jueves Santo dentro del recinto del Anfiteatro Romano. Y es que, si algo destaca de la Semana Santa emeritense es el recorrido de las Hermandades y Cofradías por distintos monumentos ubicados en el centro histórico de la ciudad como el Arco de Trajano, el Puente Romano, la Alcazaba árabe o el Templo de Diana, que le confieren un toque de distinción único con respecto a similares celebraciones. No en vano, en agosto de 2018 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. Mientras que en Plasencia encontramos una manifestación a caballo entre lo religioso y lo puramente artístico. Aquí la celebración de la Semana Santa proporciona a los creyentes un motivo de reflexión y la posibilidad única, a todos, de ver las calles recorridas por unas imágenes que durante el año reposan en museos, iglesias y conventos.

En Zamora, la Semana Santa constituye el más relevante acontecimiento religioso, cultural y social de la ciudad. Durante los días centrales de la Pasión la ciudad quintuplica su población y se convierte en un hervidero de emoción, austeridad y fervor. Los desfiles procesionales en Benavente son una muestra de los diversos momentos y avatares por los que ha atravesado la localidad y su Semana Santa, pero también fruto de sus propias características y peculiaridades. Una celebración a camino entro lo rural y lo urbano, entre lo costumbrista y lo moderno, y en constante evolución, como es propio de esta encrucijada de caminos que es y ha sido siempre Benavente.

En La Bañeza, el Miércoles Santo tiene la categoría de Fiesta de Interés Turístico Provincial. La raíz popular de algunos de los nombres con que han sido bautizadas algunas figuras, como el ‘Santo Potajero’, identifica la singularidad de una celebración que se remonta al siglo XVI.

La pluma de Gustavo Adolfo Bécquer describió el impresionante encuentro entre la Dolorosa y San Juan, en la mañana del Viernes Santo, en la Plaza Mayor de León. La Semana Santa leonesa es inagotable no solo en la belleza de sus imágenes, sino también en momentos emotivos. Dieciséis mil leoneses, denominados popularmente “papones”, participan activamente en esta festividad, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional.

Otro elemento importante en Semana Santa es la música que acompaña a las procesiones, ya sea una comparsa de cornetas y tambores de inspiración militar o bandas de música más complejas en cuanto los instrumentos que utilizan y las piezas que interpretan. En Andalucía y el sur de Extremadura una mención especial merece la saeta.

Por último, no se puede hablar de la Semana Santa sin referirse a su gastronomía, otra de las facetas que marcan esta celebración: las sopas de ajo castellanas, el típico dos y pingada del domingo de resurrección zamorano, la “limonada” leonesa y las torrijas o pestiños.