Riosa

Gamoniteiru

Dejamos el coche en la explanada del Angliru (1.572 m), lugar privilegiado para comenzar infinidad de excursiones por el Aramo, y tomamos dirección sur por una pista cuyo recorrido se aprecia ante nosotros, y que nada mas empezar pasa por el lago que da nombre al aparcamiento.

El camino nos lleva hasta un collado que desciende directo hacia la Mata Vallongo, el valle que separa dos de las cumbres principales de esta sierra, el Moncuevo, al oeste de donde nos encontramos, y el Barriscal, al sureste.

Descendemos al valle, hacia un gran lavadero de reciente construcción fácilmente reconocible, y ascendemos tras él por la ladera septentrional del Barriscal. Tras unos duros repechos ganamos el hombro de la montaña, cuya cumbre dejamos a la izquierda (1.734 m).

Frente a nosotros, al sur, ya es bien visible con su gran antena en la cumbre nuestro objetivo, el Gamoniteiru. Ahora nos toca descender por las camperas que tenemos ante nosotros, Vega Xanzana y Campa de Teya, que nos conducen siguiendo la ruta que las atraviesa, de forma sencilla y en media hora, hasta un lavadero con fuente que hay al pie del Gamoniteiru, vigilado por este y por el Xistras, el techo de Riosa. A este impresionante lugar, por los desplomes y las paredes calizas que se alzan ante nosotros, se le conoce como el Circo de Cueva.

Desde aquí, en dirección oeste, vemos una senda que asciende sinuosa entre los dos gigantes y que nos coloca finalmente en el collado de Armitones (1.640 m), que separa las dos cumbres más altas del Aramo. Ahora todo lo que tenemos que hacer es crestear hacia la ya cercana cumbre del Gamoniteiru (1.791 m), la más alta del Aramo, teniendo una última precaución final para no resbalar, sobre todo si vamos en invierno.

La visión de la cumbre nos compensa con creces del esfuerzo que hemos invertido para conseguirlo. El regreso podemos realizarlo por el mismo recorrido.