Castillo de Garabato
Fueron los Blázquez quienes, a comienzos del siglo XIV, levantaron inicialmente una torre conocida como de Blasco Muñoz, por ser este miembro del linaje el que ordenase erigir la misma. Tiempo después, cumplimentado el castillo, tomará éste por nombre el del propio linaje, que ya se hacía denominar Mayorazgo por haber sido esta familia la primera en la villa cacereña en constituir tal institución medieval en 1320.
A finales del siglo XV, desaparecidas las luchas entre la nobleza local y apaciguada la sociedad castellana, la familia decide construir en las inmediaciones del castillo una quinta donde residir y controlar la hacienda y la explotación agroganadera, tal y como hoy siguen haciendo los herederos desde el cercano Palacio de Garabato, fechado en 1853, cayendo el recinto amurallado en desuso y posterior ruina.
El Castillo de Mayoralgo o de Garabato, clasificado como roquero por haberse asentado parte de él sobre una serie de berruecos, presenta una fábrica a base de mampostería pétrea reforzada con sillares graníticos en puertas, ventanas y esquinas. El ladrillo se aprecia aún en algunas de las almenas.
La fortaleza, enclavada junto a un llano que se abre en la zona occidental, cercana a la antigua calzada romana, reforzó las defensas que la naturaleza no le podía dar en base a su propio diseño. Así, la torre del homenaje, aún almenada y rodeada de un cinturón amurallado, erguida sobre la roca granítica, quedaría antecedida por otro cuerpo más que dobla el sistema amurallado en el lado de poniente y parte baja del inmueble, alejado del berrocal sobre el que se yergue la atalaya inicial. La puerta de acceso al monumento, dibujada en recodo, sería defendida a su vez por un torreón. Este cuerpo inferior quedaría como lugar de almacenaje o cuadras, mientras que sería la torre y las estancias del cuerpo primero que rodea la misma el lugar destinado a residencia.