La etapa entre Candelario y Béjar tiene una distancia aproximada de 5 km y un desnivel positivo de 73 metros, con una dificultad fácil. Está diseñada para bicicletas de gravel, ideal para ciclistas que buscan un recorrido corto y tranquilo sin grandes exigencias físicas. El trayecto conecta dos localidades con gran encanto histórico y natural en la provincia de Salamanca.

El recorrido transcurre mayoritariamente por caminos rurales y senderos bien mantenidos, con poco tráfico, lo que proporciona una experiencia segura y relajada. Durante el trayecto, se pueden disfrutar de paisajes característicos de la Sierra de Béjar, con vistas a bosques y praderas que ofrecen un entorno natural muy agradable para pedalear.

Al llegar a Béjar, el ciclista podrá explorar una ciudad rica en patrimonio cultural y arquitectura tradicional, con antiguos palacios y un legado industrial ligado a la producción textil. Béjar es un destino perfecto para combinar la actividad deportiva con el turismo cultural y gastronómico, completando así una etapa muy recomendable dentro de la Ruta Vía de la Plata.

Esta etapa conecta Béjar con Candelario, a lo largo de un recorrido corto, pero con un notable desnivel de 226 metros, lo que añade un punto de exigencia a pesar de su escasa longitud. Son aproximadamente 5 km diseñados para bicicleta de gravel, con una dificultad moderada.

El trazado asciende de forma continua desde Béjar, atravesando caminos rurales y senderos de montaña rodeados de naturaleza. A medida que se gana altitud, el entorno se vuelve más boscoso y montañoso, ofreciendo vistas panorámicas de la comarca. La calidad del firme y la escasa presencia de tráfico hacen que, pese al desnivel, la subida sea segura y agradable para quienes disfrutan del ciclismo en entornos naturales.

Candelario, al final de la etapa, recompensa el esfuerzo con su espectacular casco histórico, declarado Conjunto Histórico-Artístico. Sus empinadas calles empedradas, las casas con balcones de madera y las tradicionales regaderas hacen de este pueblo uno de los más bonitos de Castilla y León. Una etapa corta pero intensa, ideal para combinar deporte y turismo rural.