Iglesia de Santa Cristina de Lena
Santa Cristina fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985.
Es importante acercarnos a estos tesoros, con los sentidos abiertos, dejándonos arrastrar por las historias que nos podrían contar sus muros y cambiar nuestra perspectiva y modo de mirarlos, no viéndolos solo como un magnífico ejemplo del saber hacer de nuestros antepasados, sino como algo “vivo” que nos contempla y que nos acompaña en nuestro camino.
El idílico entorno de Santa Cristina da la bienvenida al caminante, turista o viajero.
Podemos acceder a la ermita partiendo desde el Aula Didáctica del Prerrománico, en la Cobertoria, a través del antiguo camino empedrado, jalonado de castaños, avellanos, acebos, hiedras y espineras, la subida nos llevará unos 15 minutos. Aún sin acceso directo al la iglesia, la carretera que sube a los pueblos de Palacio y Felgueras es una alternativa para aquellos que prefieran viajar en vehículos.
La ermita se encuentra sobre una loma, divisando atenta el devenir de las gentes y de la historia. En días claros se puede apreciar una magnífica vista de Peña Chago y parte de la Vía Carisa.
La visita a la iglesia del siglo IX resulta, para la mayoría de los visitantes, una agradable experiencia. Para el que se acerca al edificio con conocimiento previo, no deja de sorprenderle la elegante sencillez de la que es dueña el interior del edificio, cuya pieza clave es el iconostasio, compuesto de elementos visigodos reaprovechados de otras construcciones .
También es de destacar la distribución y altura del espacio interior que aparece jerarquizado, vinculado sin duda a la categoría social de los primitivos asistentes.
No existe documentación que avale con precisión la época en que se edificó Santa Cristina, aunque se suele datar en la época de Ramiro I, por su semejanza con Santa María del Naranco.
El aspecto actual del monumento se debe, principalmente, a dos rehabilitaciones importantes: una en el siglo XIX, en la que se actuó sobre el entramado de madera que entonces cubría la capilla. La segunda tuvo lugar poco antes de la Guerra Civil y tuvo como objeto rehabilitar los destrozos ocasionados durante la revolución de Asturias en 1934, que afectaron al pórtico y a la habitación meridional.