En mitad de un bosque de castaños, a las afueras de Hervás, se encuentra esta pequeña ermita de apariencia modesta y con mucho encanto.

Para los habitantes del pueblo tiene una importancia especial.

En su interior, justo presidiendo el sobrio altar central, se encuentra la talla del Cristo de la Salud, patrón del pueblo y protagonista de las fiestas, pues son en su honor.

Es el enclave perfecto para acudir en septiembre, cuando se celebran las fiestas patronales y disfrutar de los parajes que la rodean, en especial del amplio merendero.

Alrededor del templo, en la celebración, al paisaje se añaden los típicos chozos, pequeñas cabañas improvisadas con madera y escobas secas, donde se ofrecen a los fieles ponche y el típico bacalao.