Montemolín

Ermita de los Santos Mártires

Patrimonio Religioso

La ermita de los Mártires, Santos Fabián y Sebastián, cuando fue construida se situaba alejada del centro urbano, en la actualidad fruto del crecimiento de la población en dirección SE ha quedado absorbida por éste. A principios del siglo XX, el obispado decide vender la ermita a unos particulares con el objeto de obtener fondos para el solado de la iglesia parroquial; los nuevos propietarios la utilizan como granero y establo, funciones para las que, junto con la de molino, sigue sirviendo aún hoy.

El edificio es prácticamente irreconocible desde el exterior, pues un paredón levantado ante su fachada impide su contemplación. Numerosas adiciones y reformas han alterado el aspecto original del templo, no obstante aún puede leerse bien la construcción, siendo un modelo de las ermitas santiaguistas extremeñas: cabecera plana y tres naves separadas por dos arquerías que las compartimentan en tres tramos. La cabecera se encuentra muy reformada, fruto de obras llevadas a cabo entre los siglos XV y XVI, aparece coronada por una cúpula sobre pechinas; en el lado del evangelio se abre una habitación a modo de sacristía. Las naves aún conservan parte de su solado de ladrillo original, pese a la compartimentación que del espacio se produjo fruto de los usos no cultuales de la ermita, todavía puede apreciarse la armoniosa y a la vez simple articulación espacial en la que la serie de arcos apuntados, realizados con ladrillo, dota al edificio de gran plasticidad estética.