Colonia residencial de Rioseco
En la falda del Pico Xistras y rodeado de un frondoso bosque se encuentran las ruinas mineras de Rioseco. Estas minas cuentan con dos accesos, el primero, desde el pueblo de Llamo sube una pista hasta las minas. El segundo acceso por una pista que desciende desde la carretera del cordal entre Lena y Riosa.
Construidas para dar cobijo a los trabajadores de la mina, están levantadas bajo los planteamientos propios del paternalismo industrial y de aspecto similar al de las viviendas obreras británicas.
El poblado ocupa unos 1.000 metros cuadrados y está formado por cinco edificios: oficinas, cantina, economato, viviendas, cuadras, todo ello forma un conjunto arquitectónico de estilo inglés. Con su característico ladrillo rojo, puertas, ventanas y esquinas decoradas, todo el conjunto muy integrado en el verde entorno que lo rodea. En la parte posterior del poblado encontramos la zona donde se recepcionaba el mineral en bruto, que llegaba por el cable aéreo, allí era lavado, seleccionado y cargado en camiones. Todavía se conservan los lavaderos, la zona de embarque y una admirable y esbelta chimenea de ladrillos rojos de planta cuadrada. El estado actual del poblado es casi de ruina total, los edificios se mantienen, sin tejados, todo está rodeado de maleza.
Afortunadamente, el Ayuntamiento de Riosa ha procedido a la compra de los terrenos, que eran de propiedad privada, para una futura rehabilitación y conservación de los edificios. Se pretende crear una zona de interpretación minero-arqueológica, un museo con vistas a una exposición pública que nos relate en profundidad la historia del poblado.