Casar de Cáceres, con una extensión de 129 kilómetros cuadrados, se encuentra al sudoeste de la península ibérica, en la comunidad autónoma de Extremadura y, más concretamente, al nordeste de la capital cacereña.
Limita al noroeste con Garrovillas de Alconétar; con Navas del Madroño al oeste; con Arroyo de la Luz y Malpartida de Cáceres al sudoeste; con Hinojal y Talaván al norte; con Monroy al nordeste; y con Cáceres al sur.
Según el censo a 1 de enero de 2016, la población de Casar de Cáceres estaba conformada por 4.604 habitantes.
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Casar de Cáceres es conocida por dar nombre a uno de los quesos más sabrosos y apreciados de mundo: la Torta del Casar.
El pueblo se asienta en los llanos de Cáceres, junto a una vía histórica de comunicación entre el sur y el norte peninsular, conviven en ella restos de la Vía de la Plata romana, la Cañada Real Soriana Occidental y el Camino de Santiago.
Casar de Cáceres ha sido testigo de numerosas culturas, pero la primera que marcó el devenir del territorio fue la romana. Uno de los vestigios más importantes que se conservan de dicha cultura son los restos de la calzada romana (Iter ab Emérita Asturicam) que atraviesa la población.
En el siglo XII hay constancia de que era una aldea que pertenecía a la Villa de Cáceres. En el siglo XIII los habitantes de Casar de Cáceres presentaron sus quejas ante el rey Sancho IV el 18 de febrero de 1291, quien concede un privilegio real rodado para que no se pudiera adehesar en media legua alrededor del pueblo. Este límite (2.786 metros) marcará el primer término municipal de Casar de Cáceres. Este importante hito histórico permitió un auge económico que conllevó un aumento de la población.
En el siglo XVI, con el aumento de la población, la iglesia parroquial se rehabilita y se construye una parte nueva, dotándola de capilla mayor y torre.
En el siglo XVIII, Casar de Cáceres era la aldea con más población del Partido de Cáceres con 1.200 habitantes.
Con el siglo XIX llega el liberalismo y la Constitución de 1812. Se inició con ellos la abolición de los señoríos, permitiendo la independencia de muchas aldeas de las villas. En esta época, Casar de Cáceres deja de depender jurisdiccionalmente de la Villa de Cáceres y su ayuntamiento pasa a ser autónomo.
La primera mitad del siglo XX fue dura y complicada para la población de Casar de Cáceres. El trabajo escasea, se generan conflictos por el poder y llega la dura Guerra Civil y la dictadura. La emigración mermó notablemente la población casareña dedicada a la agricultura y ganadería.
Hoy, ya en el siglo XXI, Casar de Cáceres se presenta como un municipio joven y dinámico que ha sabido adaptar sus tradiciones a la modernidad siendo un importante motor de desarrollo.
La gastronomía de Casar de Cáceres es amplia y variada, con tres pilares principales: la Torta del Casar, la tenca y la repostería.
La Torta del Casar es un queso de pasta blanda elaborado con leche cruda de oveja y cuajo vegetal (flor del cardo “cynara cardunculus”). Este producto ha alcanzado fama internacional, siendo embajador de la localidad. Actualmente, la cocina de innovación lo utiliza en multitud de elaboraciones culinarias, como el helado de Torta del Casar.
La tenca, pez muy valorado por Carlos V, es un producto típico de la cocina casareña, con dos recetas principales: escabeche de tencas y tencas fritas.
Otros platos salados de elaboración casareña son: buche con berzas, frite, migas de pastor, escabeche de Semana Santa, pies de cerdo guisados, morcillas, patateras, callos casareños y chanfaina.
En la repostería se elaboran numerosos dulces, algunos únicos y de ancestral tradición como las rosquillas de alfajor. También son típicas las bolluelas, roscos blancos, roscos de vino o roscos borrachos, bollos mantecados, mantecadas, perrunillas y torta borracha. Y los postres elaborados con leche: leche guisada, sopas de leche, leche con repápalos y leche frita.
Una importante actividad artesanal de Casar de Cáceres es la dedicada a la manufactura del metal.
En Casar de Cáceres existen dos caldererías en las que se trabaja el hierro, el latón y el cobre, para producir herramientas y utensilios de uso cotidiano.
Apenas quedan, sin embargo, artesanos que trabajen el cuero y curtido de pieles que tanto renombre tuvo en otras épocas.
Casar de Cáceres cuenta con una Escuela Taller.