Hervás: único e irrepetible
Perderse por su paisaje urbano medieval, disfrutar de su espectacular entorno natural, salivar con su gastronomía,… Estas son algunas de las recomendaciones que Esther Aragón, de la Oficina de Turismo de Hervás, nos da para descubrir esta localidad extremeña, visita obligada en tu viaje por la Ruta Vía de la Plata. ¡Prepárate para disfrutar de un lugar único e irrepetible!
Vuelves a Hervás después de mucho tiempo fuera, ¿cuál es el primer lugar que visitarías?
El primer lugar que visitaría sin dudarlo es el Barrio Judío. Forma parte de la Red de Juderías de España Caminos de Sefarad, declarado Conjunto Histórico Artístico en el año 1969. Su estructura urbana es un entramado de estrechas calles con irregulares manzanas de casas que se entremezclan y se apoyan entre sí. Las texturas y colores de los paramentos, los volúmenes, los materiales constructivos como la teja cerámica en cubierta y paramentos verticales, la madera de los entramados, carpinterías, medianeras… convierten al Conjunto en algo único e irrepetible. Cada casa y cada calle es única, pero su existencia conjunta les otorga un significado y un sentido que aisladamente no alcanzarían. Recorrer el Barrio Judío, perderse en el paisaje urbano medieval que pervive en la actualidad porque nunca ha sido abandonado, es visita obligada. Inmuebles rehabilitados sin desvirtuar el espíritu primigenio y singular de cada casa, integrados con armonía en su entorno. El mérito de que este Conjunto histórico haya llegado hasta nosotros se puede atribuir a sus moradores, que han sabido mantener y conservar sus raíces.
Además del Barrio Judío, ¿alguna otra actividad imprescindible en nuestra visita a Hervás?
Subir al Mirador de la Iglesia de Santa María de Aguas Vivas de orígenes templarios, desde donde se divisa todo el pueblo. Desde allí vemos la parte moderna, la histórica y el espectacular entorno que rodea a Hervás, el monte Castañar Gallego, uno de los bosques de castaños más importantes de Europa, con el pico Pinajarro presidiendo la estampa de Hervás. En la parte histórica observamos una maraña de cubiertas con volúmenes adaptados a la orografía del terreno descendiendo en pendiente hacia el río Ambroz. Otra panorámica imprescindible es el Mirador del Puente de Hierro, desde el que se ve en la lejanía un recorte del Barrio Judío, con el escalonamiento que produce la pendiente en la que se asienta, y la Iglesia de Santa María de Aguas Vivas en lo alto.
Y si hablamos de gastronomía, no nos podemos ir de la localidad sin probar…
La jeta a la brasa, que es la careta del cerdo ibérico asada en brasas. En los mesones podemos ver cómo se va haciendo en la lumbre. Otro plato típico es el zorongollo, una ensalada de pimientos asados macerados con ajo, cebolla y aceite. Y por último, las patatas “escabechás”, troceadas en grandes partes, que una vez rebozadas y refritas, se cubren con una suave vinagreta.
Antes de dejar Hervás, ¿qué recomendación top le darías a nuestros lectores para que su estancia sea inolvidable y quieran repetir?
Por la mañana temprano hacer la ruta senderista de “La Chorrera”, antes de comer salir a tomar los vinos con sus nutritivas y generosas tapas, y por la tarde noche, callejear por el Barrio Judío, lleno de vida, que mantiene intacta la tipología constructiva del siglo XIV. Y, por último, pasar en Hervás las Fiestas del Santísimo Cristo de la Salud (del 14 al 17 de septiembre), en las que se mezcla lo cristiano y lo pagano a partes iguales. Todos los que participan de esta fiesta sabrán lo que es el “chunta-chunta”, los chozos en San Andrés, el bacalao frito, la verbena en la plaza de la Corredera,…
Tu rincón favorito de la Ruta Vía de la Plata es…
El yacimiento romano de Cáparra, uno de los puntos importantes de la Lusitania por su excelente situación estratégica y parada obligatoria para revivir el mundo romano. Con un arco de cuatro frentes magnífico, el Tetrapylum ante el que uno queda fascinado al verlo.
¿Qué consejo le darías a nuestros lectores para que su viaje por este histórico itinerario sea perfecto?
Recorrerla sin prisa para admirar los parajes naturales, así como el patrimonio arquitectónico por donde transcurre, deteniéndose en las localidades de cada uno de sus tramos y empaparse de sus aspectos culturales y gastronómicos.