Pola de Gordón - Puente de los Fierros (Lena)
La etapa entre La Pola de Gordón y Puente de los Fierros (Lena), de aproximadamente 38 km y un desnivel positivo de 347 metros, es un tramo de dificultad moderada adaptado para bicicletas de gravel. Es una jornada de transición entre las montañas leonesas y la entrada al Principado de Asturias, que ofrece un paisaje cada vez más verde y escarpado conforme se avanza hacia el norte.
El trazado alterna pistas de tierra en buen estado, pequeños tramos asfaltados y caminos rurales que atraviesan zonas de media montaña. Aunque no presenta rampas especialmente duras, el perfil tiene un carácter ondulado, con algunas subidas prolongadas que exigen constancia y una buena gestión del esfuerzo. Es una etapa ideal para disfrutar de la tranquilidad de valles y bosques, con vistas al entorno natural típico de la cordillera Cantábrica.
Durante el recorrido, el ciclista pasará por pequeñas aldeas y zonas con escaso tránsito, lo que permite disfrutar plenamente del entorno. La llegada a Puente de los Fierros marca la entrada en un paisaje más abrupto y preludio de las etapas más montañosas que se avecinan en el tramo final de la Ruta Vía de la Plata.
Puente de los Fierros (Lena) - Pola de Gordón
La etapa entre Puente de los Fierros (Lena) y La Pola de Gordón, con 955 metros de desnivel positivo a lo largo de unos 38 kilómetros, representa una de las jornadas más exigentes del recorrido norte de la Ruta Vía de la Plata para bicicleta de gravel. Esta etapa difícil, combina la belleza del entorno asturiano con un importante reto físico, especialmente por su acumulación de desnivel en una distancia relativamente contenida.
Desde el inicio en Puente de los Fierros, el ascenso es constante, con tramos prolongados y exigentes que atraviesan zonas de densa vegetación, caminos rurales y antiguos senderos en ascenso hacia la meseta leonesa. El terreno es variado, alternando entre pistas de tierra compacta y caminos pedregosos, por lo que se recomienda tener un buen nivel técnico y físico. La tranquilidad del entorno compensa el esfuerzo, con vistas espectaculares a los valles y montañas de la cordillera Cantábrica.
A medida que se gana altitud y se superan los tramos más duros, el paisaje se abre hacia el altiplano leonés, lo que permite una entrada más suave en los últimos kilómetros antes de alcanzar La Pola de Gordón. Es una etapa para disfrutar con calma, preparada para ciclistas bien equipados, que buscan una experiencia auténtica y exigente.
