En el empeño de potenciar la tradición y la industria alfarera, se creó esta feria con el fin de promover esta artesanía tradicional para avivar su conocimiento, desarrollo y comercialización.

Tiene lugar en el mes de agosto, en fecha variable cada año.

La Feria Internacional de Alfarería se desarrolla como muestra de reconocimiento a una tradición y cultura propias. Se trata de una iniciativa que proyecta este patrimonio para que no desaparezca nunca, como un bien de interés cultural, económico y social.

Cuenta con la presencia de una veintena de expositores seleccionados entre alfareros de gran prestigio a nivel nacional e internacional llegados desde Cataluña, Zamora, Galicia, Andalucía, Italia o Portugal, sin olvidar a los artesanos locales y comarcales como los de Jiménez de Jamúz.

Cada año se realiza un homenaje a un alfarero por su esfuerzo, para potenciar su reconocimiento frente al público tras una vida de duro trabajo. De este modo, se recuperan las tradiciones y no permitimos que caigan en el olvido.

Además de exhibir y vender sus piezas, los artesanos hacen las delicias del público con diversos talleres, infantiles y de adultos: elaboración de piezas en el torno o decoración de platos con pinceles.

En esta feria puede verse una combinación de las propuestas más tradicionales con las más innovadoras.

El recinto, ubicado al aire libre en la calle Manuel Diz, alberga tanto a los artesanos que continúan desarrollando su labor como antaño, como a otros que han introducido en su trabajo novedades que afectan tanto a la decoración de las piezas como a la elaboración en barro de objetos que, hasta ahora, no eran demasiado frecuentes en este ámbito, creando así nuevos mercados para este tipo de artesanía.