Hasta bien entrado el siglo XX y pese a la implantación de algunas grandes industrias y de las explotaciones carboníferas, el concejo fue un municipio eminentemente agrícola y ganadero. De ahí que todavía se pueden encontrar ejemplos aislados de casas mariñanas, una tipología de vivienda campesina formada por un portalón central y dos cuerpos adosados dentro de una planta rectangular.

Mucho más abundantes tanto en el concejo como en la región son las típicas casas con corredor, convertido este en un elemento identificador de las casas campesinas de mayor poder económico. Espacios pensados para el solaz de sus propietarios, pero también para colgar de sus balaustradas las ristras de maíz para su secado.

El contexto agropecuario de estas viviendas hace que al lado de los espacios de habitación aparezcan instalaciones para albergar al ganado —en muchas ocasiones anexas a la propia vivienda de tal forma que era posible acceder a los animales sin tener que salir al exterior—, así como las típicas tenadas, pensadas para almacenar la hierba segada y secada al calor del verano que sería destinada a alimentar al ganado durante los meses de invierno.

Casa Manso en Noval (Ferroñes), Casa Alonso en Piñera (San Cucufate) o la Casa de los Martínez Bango en Guyame (San Cucufate), son solo tres ejemplos de los muchos que es posible encontrar a lo largo y ancho del municipio.