El Monsacro
Enclavado en el centro de Asturias, su gran mole se alza sobre los pueblos de este municipio, donde sus moradores le designan con el nombre también de la Magdalena. Es una montaña que a trechos enseña su calcárea peña y en otros su cubierta vegetal, herbácea por lo alto y arbórea en la base.
La atracción por esta montaña sagrada se debe a que el Arca Santa estuvo guardada en este monte con las sagradas reliquias, incluido el Santo Sudario. Actualmente, todas estas joyas están depositadas en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo.
Con la invasión romana tiene lugar el cambio de culto de deidad pasando del dios Sol al dios Júpiter Tonante. La habitual práctica cristiana de sacralizar aquellos lugares que anteriormente ya habían tenido un sentido religioso en anteriores civilizaciones representa la culminación de un proceso de cambio íntimamente ligado al fenómeno religioso. De ahí proviene el topónimo “Monte Sacrum” que posteriormente derivaría en Monsagro y Monsacro.
Las dos capillas ubicadas en la cumbre de la montaña datan del románico tardío.