Es el pulmón de la parte norte de la ciudad. Cada día acoge a un gran número de visitantes.

Existe en él una pérgola y un lago, donde se encuentran una casita típica extremeña y un castillo que sirve de refugio a las numerosas aves que alberga el parque.

En este recinto que, hoy por hoy, no deja de ser un museo al aire libre al encontrarse en él diversas esculturas pétreas y de forjado, se pueden observar diversas especies tanto botánicas como faunísticas entre las que destacan: pavos reales, gran variedad de patos, garzas, águilas… que alegran con su colorido este, de por sí, maravilloso lugar.