Nuestro recorrido cruzará la Sierra de San Pedro formando un triángulo entre las ciudades de Mérida, San Vicente de Alcántara y Casar de Cáceres.

Desde Mérida tomamos la N-630 y salimos en Aljucen donde nos dirigimos hacia la Sierra por la EX-214. A unos pocos kilómetros nos encontramos con una construcción funeraria megalítica muy impactante, el Dolmen de Lácara al que podemos llegar muy fácilmente después de haber dejado la moto en el aparcamiento cercano. Recorrer su corredor os llevará atrás en el tiempo, cuando se construían lugares de culto majestuosos para rendir homenaje a los difuntos.

Seguimos por la misma carretera hasta nuestro siguiente punto de interés: Villar del Rey y el embalse de la Peña del Águila. Para los apasionados del trail, a mitad de camino entre Villar y Alburquerque, hay un desvío para una pista de tierra que lleva hasta el Castillo de Azagala, muy recomendable. Extremadura es un lugar ideal para todos los apasionados del trail. Se puede llegar a todos los pueblos de esta zona pasando únicamente por caminos, sin tocar carreteras, pasando por antiguas calzadas romanas y dehesas muy hermosas.

Llegamos a Alburquerque por la misma carretera. La ciudad destaca por el castillo que domina la ciudad, una construcción muy bien conservada e impresionante por su tamaño, ya desde la carretera se puede divisar su majestuosidad. Para llegar hasta su entrada hay que atravesar el pueblo. Subimos hasta lo más alto de la torre del homenaje, desde donde se tiene una amplia panorámica del pintoresco paisaje de los llamados baldíos de Alburquerque. Llanuras y lomas suaves tapizadas de alcornoques y encinas se extienden hasta el horizonte.

Nos desviamos un poco de la ruta dirigiéndonos hacia Valencia de Alcántara. Ahí se encuentra uno de los mayores conjuntos megalíticos de Europa, con más de 40 dólmenes concentrados en un área geográfica muy pequeña. Poco antes de llegar a San Vicente de Alcántara encontramos otro camino de tierra muy apetecible para trail y muy interesante por su historia: la columna de Alcántara. Una columna que señalizaba las tierras de la Orden de Alcántara en el siglo XVI, o mejor dicho la de una de sus más poderosas encomiendas, la de Piedrabuena que se extendía por 17.000 hectáreas de buenos pastos y dehesas, gobernadas por un espectacular castillo que merece otra entrada. El castillo de Piedrabuena. Los castillos de la Orden de Alcántara se perdieron como consecuencia de la pérdida de la batalla de Alarcos en 1195 por las fuerzas cristianas y pasaron a dominio musulmán. Cuando las fuerzas cristianas se desplazaron hacia Sierra Morena para combatir a las musulmanas, las vencieron en la Batalla de Las Navas de Tolosa en el año 1212 y recuperaron estos castillos para la cristiandad, entre ellos el Castillo de Piedrabuena.

Volvemos atrás hasta Alburquerque y nuestra ruta sigue por una carretera extraordinaria adentrándonos en la Sierra de San Pedro por la EX-303. En primavera, la Sierra de San Pedro es maravillosa, uno de los pocos paraísos naturales donde coexisten bosques, dehesas y matorrales. Pasamos por hermosos bosques de alcornoques y eucaliptos, podemos ver venados y buitre negros y muchas aves, ya que ha sido declarada Zona de Especial Protección para las Aves (Z.E.P.A.) en 1989. La zona es una verdadera reserva de especies como el águila imperial ibérica, un ave en peligro de extinción. Es una de las especies más destacadas de la Sierra de San Pedro, que constituye un verdadero refugio para esta rapaz

El corcho, el ganado porcino alimentado con bellotas y las colmenas para la producción de miel y polen han sido explotaciones clásicas que todavía perduran.

Una vez rebasado el pequeño embalse de Aliseda y el homónimo pueblo tomamos la N-521 para ir hasta Cáceres y desde ahí hasta nuestro destino final: Casar de Cáceres donde termina nuestra ruta de hoy.

AUTOR: PEDRO RUIZ COSTA. CONCURSO HELLO RIDERS