En un momento en el que se impone el movimiento slow en los viajes y la práctica de un turismo sostenible, Guijuelo se convierte en un destino turístico hasta ahora desconocido para muchos.
En el trazado de la Ruta Vía de la Plata, Guijuelo se configura como el epicentro mundial de la artesanía del ibérico.
Antes de llegar al núcleo urbano, los turistas podrán recalar en alguna de las fincas donde los cerdos ibéricos se crían en libertad. Se trata de disfrutar de un paseo por la dehesa, un ecosistema único que se da en el suroeste de la península ibérica donde el cerdo se alimenta de bellota. El cerdo ibérico, en especial el de raza pura, es un animal altamente adaptado a la dehesa, que aprovecha los recursos de esta: bellotas, hierba, agua de los arroyos… Este animal es capaz de caminar largos trayectos todos los días para la búsqueda de cobijo y alimento desenvolviéndose con soltura por parajes de elevadas pendientes.
Tras conocer el origen y la importancia de la alimentación del animal, el visitante puede concertar una visita a alguna de las casi 200 bodegas-secadero que se localizan en el término municipal de la Villa Chacinera. Ahí, los maestros artesanos enseñan cómo, a pesar de contar con las tecnologías más punteras, Guijuelo se ha convertido en ‘guardián’ del saber tradicional que, de generación en generación, se transmite y convierte este jamón en un producto inimitable.
Como complemento no puede faltar una visita al Museo de la Industria Chacinera. En apenas 45 minutos, el visitante podrá conocer de forma guiada la historia de un pueblo trabajador que, empezando de la nada, ha conseguido construir una gran industria. Una visita por los sentidos que transportará al turista a otros tiempos, en los que la matanza casera era el único modo de llenar la despensa y que le hará comprender el carácter emprendedor de los guijuelenses que ha conseguido que su jamón se conozca en todo el mundo.
Nadie puede irse de Guijuelo sin degustar sus ibéricos, ya se decante por el take away, comprando productos en las numerosas tiendas que salpican el municipio, o por sentarse en uno de los muchos restaurantes de la localidad. Comer ibéricos será un acierto seguro, la calidad está asegurada y por tanto la experiencia positiva, se elija la cocina tradicional o la más vanguardista.
Si después de una buena comida, aún les queda tiempo, podrán disfrutar de un paseo por el centro del municipio o por el Parque de La Dehesa; o bien optar por conocer alguno de los curiosos parajes que, en un entorno de menos de 10 kilómetros, circundan la localidad y que permiten pasar la tarde al aire libre. Realizar una marcha en bicicleta por el Monte de Tonda, conocer la historia de la calzada romana de la Vía de la Plata y sus miliarios en Palacios de Salvatierra o realizar actividades acuáticas en el río Tormes son solo algunas de las propuestas recomendables tanto para niños como para mayores.
Diez alternativas para hacer en un solo día que convierten la visita a Guijuelo un plan de diez.