Fábrica de Harinas Rubio
En la segunda década del siglo XX (1916-1917), tras un incendio que arrasó las instalaciones de producción en las aceñas de Gijón, la familia Rubi decide erigir un nuevo complejo en una ubicación más adecuada al momento. El diseño se encargó al arquitecto Gregorio Pérez Arribas. El lugar elegido se encuentra en la carretera de Villalpando, muy próximo a la estación ferroviaria.
La parcela fue separada entre la fábrica de harinas y unas instalaciones para distribución de gasolinas y gasoil, y aceites industriales. En 1956, a la producción de harina se suma la de piensos compuestos por lo que las instalaciones son reformadas, instalándose una nueva nave y un silo.
En 1970 se montaron en el interior 9 silos metálicos para almacenaje y un secadero continuo para cereales. En 1974 se abandona la fábrica de harinas, prosiguiendo únicamente con la de piensos compuestos.
En 1994 la empresa Rubio vende todos los inmuebles a otra sociedad harinera, con la intención de reformarla y trasladar su producción, pero finalmente queda en desuso.