Plasencia

Centro Cultural Las Claras

Arquitectura Civil

El convento de Santa Clara parte del deseo testamentario de Sevilla López de Carvajal, primera mujer de Bachiller Alonso Ruiz de Camargo. Pero diversas dificultades testamentarias supusieron que se retrasara en el tiempo y fuera su marido el bachiller Alonso Ruiz quien tomara los deseos de su mujer y los llevara a cabo sobre el solar no de su difunta mujer en la calle del Rey, sino sobre sus mismas casas en la calle Santa María, hoy de las Claras.

Pretende que, en sus casas principales, compuestas de patio, corral y vergel, se “haga un monasterio […] con una capilla de bóveda”. Para “reparo y mantenimiento de las monjas, le deja la dehesa de las Salgada, en termino de Galisteo, con sus molinos y aceñas del río Alagón”. Además, lega “doce o quince camas con la ropa, preseas y todos los utensilios necesarios. Y manda vasos, ornamentos, libros, para la iglesia del monasterio”.

Será en el 1484 cuando los testamentarios del Bachiller, Beatriz de Monroy (su segunda mujer) y Diego de Camargo consigan del Papa Inocencio VIII, la constitución de la comunidad de Tordesillas (Valladolid).

Composición de convento

Las casas principales del Bachiller, que son el núcleo del convento, se configuraban en torno a un patio central con peristilo arquitrabado de dos pisos y sostenido por columnas, cuyos capiteles toscanos van acompañados de la heráldica Carvajal y Camargos, repetida en otros lugares del edificio. Las galerías se cubren con techumbre de maderas planas, alfarje sostenido por vigas de madera que van sobre canecillos en forma de proa y lobulado. Las tabicas llevan decoración pictórica vegetal, de rosetas de cuatro lóbulos dibujadas en blanco.

En el ala norte existen las dos salas principales de la casa, que aún se mantienen, cuya cubierta artesonada, lo más relevante de las estancias conventuales, presentan formas pictóricas vegetales, humanas (reales y fantásticas) y heráldica de la familia Carvajal y Camargo. En el ala este existen otras dos salas que mantendrían una estructura idéntica a las mencionadas, pero hoy nos han llegado bastante deterioradas y su artesonado prácticamente perdido, si exceptuamos el de la sala inferior que se ha logrado rescatar a lo largo de los trabajos de adecuación.

El ala oeste ha desaparecido y la galería del peristilo aparece embutida en el muro de la casa colindante, ya derribado en el año 1955 con motivo de la implantación de un almacén de la imprenta de Sánchez Rodrigo. Y la del sur, en contacto con la iglesia, debió en parte ser modificada al construirse la iglesia.

La iglesia

La iglesia ofrece una estructura de una sola nave, con testero cuadrado y bóveda de crucería estrellada de tradición burgalesa, cuya clave principal está en marcada por terceletes que forman u cuadrado y las secundarias con formas de ángeles que sostienen escudos pintados (hoy borrados) de la familia fundadora y claramente representativos del estilo hispanoflamenco con ropajes angulosos y rostros estereotipados.

El esquema de la bóveda es consecuente con la manera de construir de los maestros canteros Pedro y Francisco González, que son señalados como autores de la obra. El resto de la nave seguramente de artesonado en su estado original, fue, con posterioridad, convertida en bóveda de ladrillo, por el deterioro de la primitiva.

Los materiales de la iglesia son los sillares en la Capilla Mayor y muro sur, siendo el resto de sillarejo y de tapial, al igual que en el resto del convento, con excepción de las molduras perfectamente labradas que forman las columnas, capitales…Significativa es la puerta de acceso a la iglesia por la calle de Las Claras, con un arco de medio punto peraltado, arquivoltas y decoración exterior de arco conopial, enmarcado por un alfiz y en su interior la heráldica de los fundadores.

El convento es ampliado con la adición de distintos inmuebles cercanos, como “una casa donde moraba un judío”, que en el año 1495 fue cedida a los Reyes Católicos o de mucha mayor importancia, la donación de las casas del Racionero de la catedral, Salvador Sánchez de Tamayo, el 13 de junio de 1565. Estas casas hacían esquina a la plaza de la catedral y poseían salas con notables artesonados y patios.

El final del convento se produjo en el año 1836 cuando las ordenes gubernamentales de extraustracción y de reducción del número de conventos afectaron al de Santa Clara que, junto con otros 20 de los Diócesis de Plasencia, quedaron reducidos a solo siete y las monjas Clarisas trasladadas al convento placentino de San Ildefonso.

La exclaustración de las monjas de Santa Clara provocó un cambio de uso del conjunto conventual pasando del religioso al residencial: casa de la familia Piélago, morada de los Núñez en la esquina de la Plaza de la Catedral, vivienda de nueva construcción en el antiguo corral delantero de la calle Trujillo; y de servicios e industriales: posada de la cisterna en el edificio que ahora se ha rehabilitado y editorial Sánchez-Rodrigo, donde actualmente se ubican varios establecimientos de hostelería.

La capilla también se puede visitar. Actualmente, es la Oficina de Turismo. Se encuentra anexa al patio del convento.

C/ Las Claras, 2 con C/ Trujillo