Paseo de los hórreos de Bueño
El municipio de Ribera de Arriba (Asturias) se caracteriza por cuidar con mimo su patrimonio cultural y etnográfico. Un buen ejemplo es Bueño, pueblo perteneciente al mismo que conserva un gran número de hórreos y paneras, muchos de ellos aún en uso, que pueden contemplarse a partir de una ruta interpretativa perfectamente señalizada.
El paseo de los hórreos de Bueño (Ribera de Arriba) nos va detallando en múltiples paneles (con textos y dibujos identificativos) las características principales de estos centenarios graneros típicos de la Asturias rural, así como el nombre y número de piezas que lo componen.
La concentración etnográfica de Bueño permite conocer en un corto paseo hasta 46 construcciones tradicionales, que suman 222 pegollos (pilares) y entre las que priman los hórreos sobre las paneras. Once de los hórreos existentes en esta localidad fueron construidos durante el siglo XVIII. El más antiguo, fechado en el siglo XVI y levantado en el centro del pueblo, junto a casas de reciente construcción, destaca por el enorme grosor de sus vigas de madera, lo que testimonia la abundancia de bosques de la época.
El roble y especialmente el castaño son las maderas que conceden la nobleza imperecedera a unas construcciones que en Bueño nos encontramos desperdigadas alrededor del núcleo central que forman el lavadero y la fuente del pueblo, lugares tradicionalmente comunales. Desde este punto parten los caminos a Quintaniella y Llosalín y, desde aquí, se dispersan los hórreos a lo largo de varias callejuelas que ocupan el ancho del valle y se suceden casi sin interrupción. La mayoría están en uso y muchos de ellos poseen decoraciones variadas, aunque modestas: motivos aislados, seriados y circulares, grabados en la madera de las puertas y las colondras de los hórreos.
Según el estudio de catalogación de los hórreos y paneras de Bueño, son tres los estilos presentes en estas singulares construcciones de la localidad. «El primero y más antiguo es el llamado Villaviciosa, caracterizado por un arco sobre la puerta que imita las portadas románicas o las series de picos y cenefas en forma de «espina de pez»». El segundo es el estilo Allande, fechado desde mediados del siglo XVIII y en todo el XIX, y asociado sobre todo a paneras. El último de ellos es el llamado estilo Carreño, así llamado «por ser este concejo de Asturias donde se localiza una de las mayores concentraciones de graneros decorados con profusión y dotados de una o dos puertas principales y hasta nueve o más colondras o paredes a modo de cierre».
Además de su caserío, en Bueño sobresalen la capilla de San Juan de la Mata, que data de 1729, la casa del licenciado Carlos Prieto y la escuela de niños Graciano Sela, construida en 1918.