Iglesia de San Cipriano
La Iglesia de San Cipriano data de la primera mitad del siglo XII.
Con cabecera triple de testero plano cubierta con bóvedas de cañón, se alzó con tres naves de las que solo ha conservado una. Sobre el ángulo sudoeste se eleva la torre, coronada por chapitel de pizarra, con grandes ventanales rasgados en su cuerpo superior y hornacina apuntada en esquinazo.
Existe una inscripción de 1093 aludiendo a las obras de un templo advocado a San Andrés rematado por los maestros Sancho, Ildefonso y Raimundo y la ayuda del concejo, además de un par de arcaicos crismones.
Tanto en la cabecera como en el muro meridional fueron engastados diferentes relieves reutilizados de origen incierto, de entre los más antiguos del románico zamorano: el apóstol San Pedro, las Marías ante el sepulcro, el sacrificio de Isaac, el herrero Vermudo, Daniel en el pozo de los leones o una bestia apocalíptica de siete cabezas.
Baptisterio y sacristía sirvieron originalmente como capillas funerarias.
Conserva algunos restos pictóricos que datan del siglo XIV: una Anunciación en la capilla mayor y un Pantocrátor con el Tetramorfos en una ventana del muro septentrional.