El origen de la Fábrica de Harinas Bobo se remonta a 1886, de la mano de Gabino Bobo en la localidad zamorana de Cerecinos de Campos.

A principios del siglo XX, la fábrica es trasladada a su actual ubicación en las afueras de la ciudad de Zamora, en una parcela estratégicamente ubicada cerca del ferrocarril, llegando a tener una conexión directa con las vías. El complejo fue diseñado por el arquitecto Segundo Viloria en 1907 y la instalación se realizó siguiendo el sistema suizo Daverio.

En 1949 un incendio destruyó la instalación que fue reconstruida y se instaló una nueva fábrica de sistema Morros que sigue en funcionamiento con una producción de 90 Tm diarias de molturación.

En los años noventa del siglo XX incorpora una instalación de limpia de trigo de la casa italiana OCRIM y otra sección Bühler (Suiza-España), con lo que la capacidad actual es de 270 Tm diarias.

En la actualidad, la fábrica sigue en funcionamiento y las instalaciones conservan, no solo el inmueble originario, sino buena parte del patrimonio mueble asociado a la producción.