Mercado semanal
Hace más de mil años, a la sombra del Monasterio de San Salvador, comenzaron a acudir la víspera del domingo, buscando la protección de los monjes, gentes de los lugares próximos a cambiar o vender los productos de la tierra.
Nacía así el mercado que durante siglos sería la principal fuente de riqueza y el motor de crecimiento y desarrollo de la villa bañezana.
Con los años, este mercado fue adquiriendo nombre y su fama traspasó las fronteras del Ornia, del Órbigo, del Jamuz y del Eria, empezando a acudir gentes de Galicia, Asturias, Extremadura, León y Castilla.
El carácter abierto de sus habitantes, la seriedad en el trato, así como una privilegiada situación geográfica, encrucijada de caminos y rutas, hizo que durante centurias fuese uno de los más importantes de Castilla y León, favoreciendo su crecimiento el hecho de que diferentes señores a lo largo de los siglos lo eximieran, a modo de privilegio, del pago de tributos e impuestos para ayudar a su crecimiento.
Así es como este mercado ha llegado hasta nuestros días. Actualmente, continúa celebrándose cada sábado del año.
El mercado es el corazón de la ciudad y su comarca, desde el que se difunden toda suerte de productos, mercaderías y artesanías de La Bañeza y su entorno en los cerca de 230 puestos que en él se instalan.
Con dos zonas claramente diferenciadas ofrece, por un lado, como si de un centro comercial al aire libre se tratase, toda clase de artículos de uso cotidiano que van desde prendas de vestir y calzado hasta complementos para el hogar o artículos de viaje. Por otra parte, en la zona del mercado destinada a las frutas, verduras y hortalizas, encontramos lo mejor que la tierra de La Bañeza ofrece en cada época del año.
Entre las nueve de la mañana y las dos de la tarde de cada sábado del año, podemos sumergirnos en la atmósfera única que destilan las calles Vía de la Plata y Doctor Palanca que se unen a la altura del edificio del Mercado de Abastos, en progresiva modernización con locales dedicados a la carne, pescado, panadería, floristería, joyería, quiosco, zapatería, ropa y complementos, embutidos, quesos y bacalao, completamente transformadas para la ocasión, y sirviendo de escenario con bellos telones de fondo como los que proporcionan algunos de los edificios modernistas que en ellas se ubican.
En este mercado se puede encontrar cualquier producto que se busque en los modernos centros comerciales, supermercados, almacenes o tiendas, con todo el encanto de una ciudad que lleva siglos siendo un espacio de comercio, compra y venta. La oferta se completa con una selecta gastronomía, en hoteles, restaurantes y bares.