Hábitats Ruta Ornitológica Lagunas de Villafáfila
Cultivos
La deforestación llevada a cabo desde tiempos inmemoriales en esta zona originó el abierto paisaje que conocemos hoy en día. El hombre a lo largo de la historia ha aprovechado este terreno de suaves pendientes para el cultivo de secano, principalmente trigo, cebada y alfalfa. Gracias a ello se ha asentado una comunidad de aves que requieren terrenos desarbolados, las aves esteparias, como sisón, alcaraván, ganga ortega, calandria, terrera común.
Entre ellas destaca la avutarda por su gran tamaño y peso, su cortejo y porque la Reserva acoge más de 2.500 individuos, constituyendo la mayor población de esta especie de España.
Las personas han enriquecido el paisaje con construcciones de arquitectura popular de adobe y tapial entre las que destacan los palomares, algunos circulares y con patio y otros rectangulares.
La consecuente abundancia de palomas ha favorecido la presencia permanente de una buena población de halcón peregrino. Otra especie de falcónidos que acostumbra criar en mechinales o debajo de las tejas árabes, el amenazado cernícalo primilla, también se ha aprovechado de estas y otras construcciones de arquitectura popular.
Proyectos de restauración y modificación de palomares han contribuido a que esta pequeña rapaz mantenga una población reproductora de más de 300 parejas, una de las mayores del territorio nacional.
Lagunas
Las lagunas ocupan una superficie de 600 has aproximadamente, siendo la Laguna Grande, la de Barillos y la de Las Salinas las principales. Sufren un estiaje agudo, secándose casi por completo en verano, época en la que queda patente el carácter salino del humedal por las costras blancas de sal que aparecen tras la evaporación del agua.
La vegetación dentro y en el entorno de las lagunas es típica de zonas salinas. Desde la Edad de Bronce esta sal ha sido objeto de explotación hasta que en el siglo XVIII cayó en desuso por su baja rentabilidad. Actualmente las lagunas de la reserva natural no son explotadas de ninguna forma, estando el acceso restringido por motivos de conservación.
Gracias a ello más de 25.000 individuos de ánsar común suelen pasar el invierno en el humedal junto con miles de azulones, ánades frisos, cucharas, cercetas, etc. En noviembre es parada obligatoria para las grullas norteuropeas en su viaje a Extremadura. A las mencionadas especies se unen limícolas como correlimos, archibebes, agachadizas, andarríos, combatientes, chorlitejos, chorlitos dorados, avefrías y grandes cantidades de paseriformes como bisbitas pratenses y alondra común.
Si añadimos las aves acuáticas nidificantes como cigüeñuela, avoceta, rascón, pagaza piconegra, etc. queda más que demostrado la excepcional importancia de estas lagunas.