Anfiteatro de Carmona
El anfiteatro de Carmona se encuentra frente a la necrópolis.
Este anfiteatro fue destinado a espectáculos de fieras y a otras manifestaciones artísticas y culturales.
Se cree que el graderío y los vestíbulos iban cubiertos con planchas de material noble, con nichos para las consabidas estatuas de los emperadores y de los carmonenses ilustres.
La “ima” y la “media cavea” están bajo el nivel de la calzada, cavadas en el alcor, mientras que la “suma cavea” fue la única parte edificada.
En su fachada oriental presenta una rampa de ingreso, semejante a las que debió haber en cada una de las esquinas, que daban acceso a las salidas o vomitorios.
El descubrimiento de la necrópolis de Carmona y el anfiteatro sucede a finales del siglo XIX, gracias a la iniciativa de Juan Fernández López y del arqueólogo inglés Jorge Bonsor.