Guillena, nos despide con la vista de su iglesia parroquial de origen mudéjar del siglo XV. Nos dirigimos hacia el río Rivera de Huelva, el cual cruzamos por una zona vadeable la mayor parte del año, para continuar hasta el miliario y el polígono industrial. En caso de crecida del río tenemos la opción de cruzar por el puente de la carretera de Burguillos y enseguida tomar el camino.

Seguimos rumbo a la Vía Pecuaria Cañada Real de las Islas (de Guillena a Castilblanco). Este camino de trashumancia, entre Doñana y la Sierra Norte sevillana, conocido como la “vereda de la carne” discurre mayormente por el valle del Riopudio, al igual que la Ruta Vía de la Plata que estamos recorriendo.

El camino se encierra entre alambradas, entre campos de cultivo: cereales, olivos y naranjos principalmente, poco transitado desde mediados del siglo XX y que ahora toma impulso.

El silencio del camino nos permite disfrutar de un paisaje de vegetación autóctona, de dehesa de encinas, alcornoques, acebuches y monte bajo, hoy algo degradado. Llegaremos a la carretera que une Burguillos con Castilblanco, la cruzamos con precaución y continuamos por la senda paralela de su margen derecha en dirección Castilblanco, que nos recibe con un monumento dedicado a Cervantes,que situó en esta localidad una de sus novelas ejemplares: «Las dos doncellas».

Castilblanco se encuentra en las puertas del Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla, por lo que gran parte de su economía se sustenta en la ganadería, apicultura y labores del campo en la dehesa. Esta etapa preludia el escenario de las próximas etapas. Una Andalucía verde y boscosa muy diferente de la del tópico del paisaje agostado.