Por todos es bien conocida la sincera entrega con que los asturianos en general y los riosanos en particular se entregan en los acontecimientos gastronómicos. Los festejos de los pueblos del municipio tienen un ineludible componente gastronómico –cualquier excusa es buena- y no se entiende sin algún producto de la zona. Para esos días hay reservada una comida especial, preparada con mimo en cada hogar para atender a los invitados como es debido.
La cocina de la cuenca del Caudal a la que pertenece este entrañable concejo, es una cocina sencilla y bien hecha, con productos de la huerta, muy abundante en la zona, y con materias primas de excelente calidad. La elaboración responde a las pautas establecidas por la experiencia de generación en generación. Los riosanos son fieles a sus antiguas costumbres en el campo, realizan labores artesanales para la elaboración de los productos típicos. Podemos decir que se trata de una cocina de casa, es lo que se denomina “auténtica cocina casera”.
La cocina del concejo debe enmarcarse en la tradición gastronómica de la Asturias central. Platos fuertes, abundancia de postres caseros, aprovechamiento de la leche, productos de la matanza tradicional, etc. constituyen uno de los grandes atractivos para el viajero que se interne por los verdes valles de Riosa.
Se cocinan muy bien algunos platos fuertes –con sumo cuidado y esmero- como son, el pote, la fabada y los callos, por ejemplo éstos últimos, se encuentran en cualquier establecimiento del concejo a partir de octubre – coincidiendo con las “fiestas del Rosario”- y a lo largo de todo el invierno.
Otras sabrosas viandas que se pueden degustar son los asados de cordero, el cabrito del Aramo, las calderetas de cabrito, el picadillo, los nabos y su inseparable compango (chorizo, morcilla…) y los revueltos de setas. Ya en el terreno de los postres caseros, el que sea “llambión”–glotón- lo va a tener fácil ya que tiene fama la tarta de avellana, los frixuelos, las casadielles, el arroz con leche, los borrachinos. Debe destacarse la conservación del modo tradicional de elaborar el queso Afuega’l pitu en las dos variedades artesanales: el blanco y el rojo del Aramo y el pan, para lo que aún existen algunos hornos de piedra.
Los fines de semana, todos los bares y restaurantes sirven pote de berzas. En estos establecimientos el lujo lo pone su sencilla y sincera comida.