Zamora

Castillo de Zamora

Arquitectura Civil

El sistema defensivo de la ciudad de Zamora tiene en el castillo su enclave fundamental. Tanto el edificio como los jardines próximos fueron objeto de trabajos arqueológicos en 2009 que han sacado a la luz numerosas estructuras desconocidas.

El castillo vivió una época de gran esplendor en la Edad Media y se mantuvo en sus funciones hasta la Guerra Carlista. Fue transformado con la llegada de los Borbones y durante la Guerra de la Independencia.

De planta romboidal,  el castillo está  formado por una serie de estructuras concéntricas, foso, contrafoso, liza, cuerpo residencial y patio interior. En él destacaba la torre del homenaje, la más alta, donde vivía el señor del castillo y último reducto defensivo de la fortaleza. Hoy, constituye un espléndido mirador desde el que contemplar la catedral, el río Duero y el Campo de la Verdad, donde el romancero sitúa la liza que tuvo lugar entre caballeros zamoranos y nobles castellanos por haberle dado muerte a Sancho II durante el cerco a la ciudad en la que reinaba su hermana Doña Urraca.

La fortaleza se encuentra situada sobre una gran roca, bajo la cual confluían los ríos Duero y Valderaduey, creando estos una vega agrícola magnífica que abastecía a este entorno con una gran variedad de productos. Esta roca natural de piedra arenisca se convertiría en la cantera que iba a proporcionar la piedra necesaria para la construcción de la fortaleza y además, las labores de extracción de la piedra, originaron el primer elemento defensivo, el foso.

Desde el castillo, instalado en el vértice del primer recinto, continúa la muralla que fue creciendo hacia el este en sucesivas ampliaciones, de tal modo que cuenta con tres recintos amurallados, cada uno de los cuales corresponde a una etapa histórica que comienza en el siglo IX hasta el siglo XIV.

Con las obras de recuperación realizadas en los últimos años y dirigidas por el arquitecto zamorano Francisco Somoza, el Castillo ha recuperado parte de su esplendor primitivo creando una atmósfera única que evoca tiempos lejanos y que a través de las pasarelas de granito planteadas hacen discurrir al visitante de forma silenciosa entre los espacios hallados, transportándote por los caminos del pasado y emocionándote en cada nuevo descubrimiento, permitiendo el acceso a toda la fortaleza y disfrutando además de unas magníficas vistas de la ciudad, del Duero y los barrios de Trascastillo desde la Torre del Homenaje.

Horarios de visita:
Del 1 de enero al 27 de marzo y del 24 de octubre al 31 de diciembre: de martes a domingo, de 10.00 h. a 14.00 h. y de 16.00 h. a 18.30 h. Lunes cerrado.
Del 28 de marzo al 30 de junio y del 1 de septiembre al 23 de octubre: de martes a domingo, de 10.30 h. a 14.00 h. y de 17.00 h. a 20.00 h. Lunes cerrado.
Del 1 de julio al 31 de agosto: de martes a domingo, de 10.30 h. a 14.00 h. y de 18.00 h. a 21.00 h. Lunes cerrado.